Filosofía del servicio al cliente:
La base filosófica sobre la que debe fundarse el
servicio de atención al cliente es la accesibilidad. Ya sea en persona, por
teléfono o por correo electrónico, los clientes deben poder contactar
al equipo cuando necesiten asistencia, y estar seguros de que van a
tener respuesta. Si el equipo no puede brindar asistencia inmediata, ya sea
porque hay que esperar en la fila de la recepción o en el teléfono, deberá
hacérselo saber al cliente. Las esperas telefónicas se hacen menos tediosas
debido a los mensajes grabados (si el mensaje dice que la llamada se responderá
en dos minutos, es contraproducente si pasan cinco minutos y se sigue sin
responder). Asimismo, si las quejas o las dudas no se pueden responder de
inmediato, se debe avisar al cliente.
Los clientes pueden sentirse frustrados si un
negocio o servicio ofrece, o promete, completar una tarea pero no cumple. El
equipo no debería hacer promesas sobre cosas que no pueden cumplirse, como por
ejemplo asegurar una habitación de un hotel cuando la propiedad está completa.
Los clientes sienten seguridad cuando los miembros del equipo dan su
nombre, ya sea verbalmente o usando una etiqueta. Esto ayuda a confirmar, tanto
a los miembros del equipo como a los clientes, que existe un responsable en
caso de que una promesa no se cumpla. El principio filosófico es que el cliente
no debería sentir que está tratando con una entidad corporativa sin cara y sin
nombre, en la que nadie se responsabiliza por las fallas.
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