Relación Calidad, productividad y competitividad:
Normalmente se había considerado que la
calidad y la productividad tenían una relación negativa (al aumentar la calidad
se reducía la productividad). La explicación que se daba a esto era la
siguiente: para intentar incrementar la calidad aumentaban los paros de la
fábrica, para poder realizarse la inspección se paraba la fábrica, y por lo
tanto se reducía la producción.
Sin embargo fue Deming el 1er autor que
demostró una relación positiva entre calidad y productividad. Lo demostró de la
siguiente manera: el incremento de la calidad reduce los costes por una
reducción de los fallos, por una reducción de los reprocesos, por una reducción
de los desechos.
Esto es la razón principal: porque la
planta oculta que es aquella parte de la capacidad productiva de la empresa
destinada a fabricar productos de baja calidad, ahora se puede utilizar en
fabricar productos de calidad. Esta planta oculta se ha estimado que en las
empresas supone entre un 15 y un 30% de la capacidad productiva de la empresa.
Por lo tanto mejorando la calidad podremos incrementar la producción entre un
15 y un 40%. De esta manera conseguimos que aumente la productividad. Seming
considera que una mejora supone por una parte una reducción de costes debido a
la reducción de los reprocesos, fallos etc. y también un aumento de la
producción.
De esta manera supone también un
incremento de la productividad. Con este incremento la empresa podrá lanzar al
mercado sus productos a precios más bajos que la competencia. Esto le supondrá
un incremento de su cuota de mercado (de sus ventas) por esa mejora de
competitividad.
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